Bonita tarde la que regaló el Zamora CF a su afición en el que era el último partido del equipo en el Ruta de la Plata. Los de Movilla salieron al campo con ganas de demostrar que estaban dispuestos a todo, y vaya si lo consiguieron. El 2-0 con el que el colegiado pitaba el final del encuentro dejaba claro que los nuestros están más vivos que nunca, y que pese al largo historial de bajas que acumulan, los once que haya en el terreno de juego están dispuesto a dejarse la piel, y lo que haga falta, para defender con honor el escudo y los colores de su camiseta.
Nunca en toda la temporada el estadio vibró tanto como este domingo por la tarde. El público estaba entregado a su equipo y fue su aliento y ánimo durante todo el encuentro. Desde el principio el Zamora regaló a sus seguidores jugadas que manifestaban claramente su superioridad sobre el rival, y aunque durante la primera parte esas llegadas a la portería contraria no pudieron materializarse en gol, estaba claro que, aunque este se estaba haciendo de rogar, los rojiblancos no iban a cejar en su empeño de tomarse la revancha y salir victoriosos del duelo.
Fue Samuel, el portero del Valladolid Promesas, el que defendió una y otra vez bajo los palos durante la primera parte, y el que salvó en varias ocasiones a los suyos de que el Zamora se adelantara en el marcador, ya que las claras ocasiones, sobre todo en la recta final de la primera parte, pusieron la portería rival en apuros más de una vez, lo que obligó al guardameta a emplearse a fondo. Dani Hernández y Escudero lo intentaron, también Coscia con dos remates de cabeza en boca de gol, y por último Piña con un remate de tacón, pero el marcador se marchaba al descanso sin haberse estrenado.
Pero una vez comenzó la segunda parte, los rojiblancos dejaron claro que ya no iban andarse con chiquitas, y pasados los diez minutos de retomarse el juego, el Zamora lograba encajar el primer tanto tras un saque de esquina de Dani Hernández que Carlos Ramos lograba convertir en gol gracias a un disparo magistral desde la frontal del área. Sin duda alguna, la mejor recompensa para el equipo, que se estaba mostrando claramente superior a un Promesas que, lejos de reaccionar ante la ventaja de los nuestros, fue incapaz de sobreponerse al golpe.
Y así, apenas diez minutos después del primer tanto, llegaba el segundo cuando Coscia cabeceaba en el corazón del área ante la salida de Samuel. El estadio no solo vibraba, rugía ante la hazaña de su equipo, y las casi 2.000 personas que se encontraban en el Ruta no podían por más que vitorear a sus jugadores, quienes estaban dando su mejor versión en el terreno de juego.
Ya desde ahí hasta el final el Zamora logró mantener el resultado, ya que el Promesas no fue capaz de hacer peligrar la portería de Villanueva ante la solidez que demostraban los nuestros. De poco sirvieron ya los cambios, puesto que tras los tres minutos de añadido el colegiado pitaba el final del partido con un 2 – 0 que la afición celebró más que nunca, ovacionando a su equipo que recorrió el campo recibiendo el cariño y el orgullo de su público que convirtió el ‘sí se puede’ en su lema, dejando claro que los límites de este equipo no tienen techo y que se puede seguir soñando.
Sin duda alguna, una tarde inolvidable con la que el Zamora se colocó cuarto en la clasificación, por lo que todavía tiene opciones matemáticas de colarse en el Play Off de ascenso de Segunda A. Todo queda en manos de la última jornada, aunque no dependerá solamente de lo que hagan los de Movilla en el Reino frente a la Cultural, sino también del partido que se estará disputando en los anexos del Zorrilla en los que se enfrentará el Promesas con el Unionistas. Pero suceda lo que suceda, sin duda alguna, este Zamora ya ha demostrado que es un equipo de leyenda.