El estreno en Primera RFEF del Zamora CF dejó muy buenas sensaciones de lo que este equipo puede conseguir a pesar de la derrota frente al Bilbao Athletic que se marchó a casa con tres puntos tras un 0-1 del que los rojiblancos merecieron más, pero la falta de acierto impidió que la plantilla de Movilla lo consiguiera, y eso que ocasiones no le faltaron.

El once inicial formado por Magunagoitia, Parra, Piña, Xisco, Jon Rojo, Astray, Carlos Ramos, Javi Navas, Dani Hernández, Coscia y Baselga saltaba al terreno de juego con ganas de dar mucha guerra, tras una pretemporada en la que el conjunto no había mostrado su mejor cara. Así los primeros 20 minutos fueron de claro dominio rojiblanco. Tras dos disparos de Javi Navas que no se materializaron en gol por muy poco, la ocasión más clara de estrenarse en el marcador fue un saque de esquina de Carlos Ramos que remataba Baselga, pero que la defensa bilbaína finalmente despejaba impidiendo que los nuestros se adelantaran en el marcador. A partir de ahí el Bilbao Atlethic fue ganando terreno, pero finalmente el descanso llegaba con empate a cero.

Comenzaba la segunda parte sin cambios y con un Zamora que volvía a plantarle cara al rival. Pero este no daba un respiro y en el minuto 63, tras una pérdida de balón en la frontal de área, Diarra recuperaba y Serrano remataba en gol. Aun así, el conjunto de Movilla, lejos de venirse abajo, tiró de coraje para adelante dispuesto a hacer todo lo posible por al menos empatar el encuentro.

Movilla introducía entonces cambios en el terreno de juego para dar aire fresco a los suyos, y así el Zamora conseguía convertirse en un auténtico peligro arriba. Las ocasiones se sucedían una tras otra, pero no había forma de que el balón se colara dentro de la portería. El equipo no dejó de intentarlo, incluso el público se levantó más de una vez de su asiento casi celebrando el ansiado gol.

La recta final del partido hizo que el árbitro no dejara muy buenas sensaciones en la afición zamorana, sobre todo ante las continúas pérdidas de tiempo por parte del equipo rival, además de no pitar dos posibles penaltis: uno por mano de un defensor vasco y otro por una patada. Todo ella acababa con la expulsión del preparador físico del Zamora, además de la de Dieguito, tras sus protestas cuando el colegiado pitaba el final del partido justo cuando los rojiblancos iban a sacar un córner.

Aun así, volvió a reconocerse un Zamora dispuesto a luchar hasta el final y, aunque seguramente el 0-1 no fue el resultado más justo después del gran trabajo que realizaron los jugadores de Movilla sobre el terreno de juego, el equipo dejó claro que está dispuesto a darlo todo.