El Zamora cae ante el Lugo Polvorín por 1-2 en el Ruta de la Plata. Una dolorosa derrota en un partido en el que la suerte y la efectividad volvieron a caer del otro lado.
El partido arrancaba con los once elegidos por Yago Iglesias, que en esta ocasión eran Troya, Prada y David Ámez, Theo, Luismi, Juanan, Chendri, Pau Miguélez, Manu Viana, Álex Ares y Charly, haciendo un homenaje a su compañero Nahuel con unas camisetas de apoyo. Un gesto que el propio jugador, lesionado de gravedad, agradeció posando con ellos en la foto oficial.
Querían brindarle los tres puntos y parecía que el equipo iba por buen camino, saliendo dominantes, sin dejar que el balón llegase al área de Troya. Se generaban ocasiones por las bandas intentando encontrar a Charly arriba, pero con el portero rival siempre atento a cualquier disparo. A punto estuvo de llegar el gol tras una falta botada por Manu Viana que Julen despejaba bajo palos en otra gran intervención. Se repetía esa dinámica, el Zamora tenía la posesión y tenía el control del partido, generaba ocasiones pero no llegaban a materializarse en gol.
Pero solo el buen juego no es suficiente y en el minuto 23 llegaba el batacazo. El Lugo B robaba un balón, Idrissa se plantaba en el área y tiraba, Troya conseguía pararla pero se le escapaba la pelota, y Christian aprovechaba para hacer el primero. Un duro golpe, pero por el que no se podían bajar los brazos. Los rojiblancos se reajustaron para volver a poner en aprietos al equipo visitante, sin dar opciones y con ocasiones como una falta d Pau, que el meta gallego volvía a despejar. Con ese panorama se llegaba al descanso.
En la segunda mitad Yago Iglesias apostaba por agitar el árbol moviendo el banquillo y dando entrada a Dani Hernández, Sancho y Silva por Theo, Pau y Álex Ares.
Los zamoranos ponían en aprietos al Lugo B, que a su vez conseguía generar alguna ocasión de peligro al contraataque. El esfuerzo de los locales tuvo recompensa en el minuto 65, cuando lo que parecía un centro de Tibu, acabó en el fondo de las mallas. Había tiempo para la remontada y se creía en ella viendo cómo se desarrollaba el encuentro, pero a los diez minutos las tornas volvían a girarse en favor del rival.
Los de Roberto Trashorras centraban desde la derecha, Troya despejaba, con la mala fortuna de que el balón se estrellaba en Prada para acabar en el fondo de la red. Era el 1-2 definitivo.
Los locales tiraron de corazón, con Ribeiro y Ander entrando a reforzar el ataque, intentándolo con todo y llegando a portería rival pero sin encontrar el premio. Se llegaba al final, con un duro mazazo pero con la confianza de revertir la situación en el próximo partido frente al Coruxo.